Después de un fundido en negro se oyen a unos personajes hablar fuera de plano, la cámara permanece estática tres minutos enfocando unos yerbajos que ocupan un lugar marginal en la escena: cine francés. Dos actores dan la espalda a la cámara, sentados en un banco, mientras alguien -de nuevo fuera de plano- discute acaloradamente de un asunto peregrino: cine francés. Si hay algo que caracteriza al cine de autor francés es su indisciplina, su irreverencia y su anarquía estética. Y, ¿por qué? Muy fácil -dicen el director o la directora- nosotros no sólo inventamos el traveling paralelo, el plano subjetivo o la cámara envolvente o la nouvelle vague, nosotros inventamos el invento, el cine, y punto. Y al que no le guste el cine de autor francés que se vaya a ver la última peli mamarrasha llegada de jolibu, que de esas no faltan hasta por duplicado en las carteleras de todas las salas de ehpanha. Pero si lo que queremos ver es arte o al menos experimento: Un cuento de navidad, filme protagonizado por la hierática Catherine Deneuve, Jean-Paul Rosignol y por Anne Cosigny. De relaciones familiaries y retrato de costumbres muy a la francesa, un ejemplo de cine para tocar la médula de la aparentemente vida tranquila de una familia.
Creadores de cine y su obra
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